Contaminación ambiental, factor de riesgo en niñas y niños
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23 julio 2018
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Por Yolanda Torres López
La contaminación ambiental se considera como un problema de salud pública ya que son muchos los efectos que ejerce sobre la salud de las personas. En México, las principales causas de muertes atribuibles a la contaminación son las enfermedades crónico-respiratorias, cáncer y enfermedades cardiovasculares. Además, existen grupos más vulnerables: los niños, los ancianos y las familias de pocos ingresos y con acceso limitado a servicios de salud.
Particularmente, la ciudad de Monterrey, Nuevo León, está catalogada como una de las ciudades más contaminadas de Latinoamérica, diversas actividades contribuyen a la contaminación de esta ciudad como es el alto tráfico vehicular, diversas actividades industriales como la metalera, la cementera, la química y la petroquímica, aunado al alto uso de quema de leña y carbón debido a la costumbre de la “carne asada”, asimismo el estado cuenta con zonas agrícolas importantes donde el uso de plaguicidas también se suma al problema de la contaminación. Aunque en el área metropolitana de Monterrey (AMM) se ubican estaciones de monitoreo ambiental, estas no reflejan necesariamente los riesgos asociados a la contaminación, en especial los generados por contaminantes emergentes.
Debido a la necesidad de atender estos problemas ambientales, el Dr. Octavio Gaspar Ramírez en conjunto con su grupo de trabajo de la Sede Noreste del CIATEJ, A.C. dirige proyectos financiados por fondos públicos de CONACYT, orientados hacia la evaluación de riesgo en la salud de uno de los grupos vulnerables a los efectos de la contaminación: los niños. Aunque su investigación cubre el AMM, uno de los municipios en los que se cuenta con mayor avance en el proyecto es Cadereyta Jimenez, el cual, además de ser un municipio urbanizado, es diferenciado porque en él se encuentra una refinería de petróleo, por lo que el riesgo de contaminación aún es mayor en este municipio.
Actualmente, se cuenta con datos sobre el nivel de exposición a benceno y metales en niños en edades de 6 a 11 años. “En el caso del benceno, -comenta el Dr. Gaspar- este es un compuesto de principal preocupación, ya que es un contaminante ubicuo y cancerígeno, en adultos ocupacionalmente expuestos a este contaminante, una alta exposición a benceno genera leucemia mieloide, es por ello que existe una guía internacional, incluso adoptada por la norma oficial mexicana NOM-047-SSA1-2011, para proteger al trabajador en caso de una sobre-exposición a benceno; sobre esta guía fue nuestro punto de partida para saber si existe riesgo por exposición a benceno en niños”.
El benceno es un hidrocarburo que, al entrar al organismo se metaboliza y se elimina por orina como ácido mucónico (AM), este compuesto se mide en orina para saber cuán expuesta está una persona al benceno, la NOM-047-SSA1-2011 establece un valor de 500 µg/g de creatinina de AM, como límite de exposición en un trabajador. “Sorprendentemente – comenta el Dr. Gaspar – encontramos que de 100 niños estudiados, el 28% rebasa este valor hasta casi cuatro veces más de lo que marca la norma”, “tras un análisis de la información, también encontramos que el 58% de los niños estudiados aunque están por debajo de lo que marca la norma, su nivel de exposición a benceno, en promedio 400 µg/g de creatinina, es mucho mayor que lo que reportan otros estudios para zonas urbanizadas, incluso es comparable al nivel de exposición que otros países reportan en trabajadores de estaciones de gas o gasolina -
“Estos niveles de exposición a benceno son preocupantes, es como si los niños estuvieran trabajando con esta sustancia – comenta el Dr. Gaspar - mientras que a un trabajador se le puede retirar de su actividad laboral cuando se sobre-expone a una sustancia tóxica, al niño no puedes retirarlo de su lugar de vivienda – por otro lado, biológicamente un niño es más vulnerable que un adulto, su tasa de respiración es mayor y su volumen corporal menor por lo que concentrará más sustancias tóxicas en su organismo - sus órganos y sistemas están en desarrollo, por lo que el riesgo es mayor que un adulto aun cuando ambos estén expuestos al mismo nivel del contaminante”.
“Estos resultados sobre el nivel de exposición, bastan para saber que existe un riesgo en la salud de los niños, por dos razones: 1) están altamente expuestos a benceno y 2) el benceno es cancerígeno, en adultos genera leucemia. - Sin embargo, otro de los objetivos de nuestro trabajo es saber si aún a niveles de exposición por debajo de lo que marca la norma existen “efectos tempranos” a nivel subclínico o molecular que nos definan un riesgo a la salud – para ello evaluamos parámetros hematológicos y la expresión de genes asociados a neoplasias hematológicas. - Los resultados de nuestra investigación indican que existen efectos a nivel hematológico, además encontramos que la exposición a benceno se asocia con la sobre-expresión de RUNX1, un gen asociado a leucemias”. Lo anterior concuerda con otros estudios realizados en otros países, la exposición ambiental a benceno podría estar relacionado con el alto índice de leucemias infantiles y otros efectos hematopoyéticos, por lo cual es necesario comenzar a definir cuáles son las fuentes que mayormente contribuyen a las emisiones de benceno, y emprender acciones que disminuyan la exposición a esta sustancia.
Por otro lado, la exposición a metales se suma al escenario anterior para incrementar el riesgo en la salud infantil. También se midió la exposición a los metales arsénico (As), mercurio (Hg), cromo (Cr) y plomo (Pb). Los resultados muestran que existe un problema de exposición a Pb en los niños residentes de Cadereyta. El Pb es un metal que genera efectos hematológicos como la anemia, además al introducirse al organismo se deposita en hueso y tejidos blandos como el sistema nervioso. El plomo es neurotóxico, entonces los niños vuelven a ser el grupo vulnerable pues su sistema nervioso está en desarrollo, el Pb genera efectos como el déficit de aprendizaje o trastornos neuroconductuales, si la exposición continúa hasta la edad adulta, la neurodegeneración es uno de sus efectos asociados. Por tal razón, a nivel internacional existe una guía que establece que niños y adultos no deben rebasar los 5 µg/dL de Pb en sangre.
“En esta investigación, de 95 niños estudiados, el 17.2% de los niños rebasan los 5 μg/dL de Pb en sangre”- comenta el Dr. Gaspar– y aunque la mayor parte de los niñoes estudiados está por debajo de este valor, el 100% está por arriba de lo que reporta la encuesta nacional de salud, NHANES, de Estados Unidos, es decir tenemos un serio problema por exposición a tóxicos ambientales”. Específicamente en Cadereyta, los resultados también indican que el agua potable podría ser una fuente importante de exposición a Pb, ya que se encontraron concentraciones desde 3.2 hasta de 22.7 ppb de Pb en agua potable, por arriba de lo que marca la NOM-127-SSA1-2017 que establece un límite de 10 ppb, por lo tanto, una acción inmediata es informar a la gente que no debe beber ni cocinar con agua de la llave.
“Estos datos son solo una parte de nuestra investigación, actualmente estamos trabajando en todo Monterrey y AM, avanzando en estudiar la exposición a otros contaminantes emergentes y relevantes para la salud pública debido a sus efectos cancerígenos, estamos estudiando bio-marcadores moleculares de efecto temprano como genes y proteínas de superficie en células sanguíneas, asimismo nos apoyamos en estudios in vitro para entender bien cómo es que los contaminantes ambientales generan efectos tóxicos en el humano. Más aun, no solo nos hemos limitado a evaluar exposición, también estamos trabajando en evaluar rutas como aire, suelo, agua, alimentos, y posibles fuentes de contaminación”.
“Quiero decir que, dentro de todo, estos proyectos han generado impactos importantes, no solo por el hecho de generar conocimiento, también les proporcionamos servicios clínicos y médicos, evaluamos su estado general de salud, les proporcionamos pláticas informativas y entonces, la gente se sensibiliza aún más por los problemas de contaminación que existen en el lugar donde viven”.
“Aún nos queda mucho trabajo por hacer a nivel de investigación, pero también a nivel social - El Dr. Gaspar señala que existe responsabilidad de informar a los habitantes y autoridades de salud respecto a las formas de intoxicación existentes –Nuevo León es uno de los estados con mayor índice de cáncer, existe un grave problema de contaminación y las legislaciones ambientales son débiles. Impulsar normativas ambientales y fomentar una cultura de Salud Ambiental es responsabilidad de todos, particularmente de quienes hacemos investigación afín”.
Pieza clave en el desarrollo de estos proyectos ha sido la especialización de estudiantes y colaboradores en diferentes áreas de las ciencias, el apoyo de otras instituciones y sobre todo, la participación voluntaria y genuina de las personas.
Finalmente, quiero decir que, cuando hablo de la salud infantil siempre recuerdo la frase célebre de la nobel en literatura Gabriela Mistral quien dijo que el peor crimen es el abandono de la infancia, al niño NO puedes decirle “mañana”, ahora es el momento en el que sus huesos se están formando, su sangre se está haciendo y sus sentidos se están desarrollando. “Espero no tardar mucho en lograr otro de mis objetivos, consolidar la línea de Toxicología Ambiental en el CIATEJ, creo que sería una buena base para atender con más peso uno de los problemas prioritarios de nuestro país: la contaminación ambiental”.
Gracias a mí equipo base de trabajo: Víctor Alcantar, María Elena Heras, Angela Suarez, Dalaú Elizarragaz, Omar Cárdenas, Jorge Aguirre, Olivia López.
A la UASLP, a la UANL y al ITNL.
Al SIMA-NL y a la SSA-NL.
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